Se acerca el 19 de Marzo, y mis hijos ya me han advertido: «papá, en el cole te estamos preparando una sorpresa, pero no te lo podemos decir»! Pues fijaros que tontería, pero me hace una ilusión que para qué. Llegado el día, cada padre recibiremos nuestra «sorpresa» y la guardaremos con fingida indiferencia en la mochila del cole. Seguramente la «sorpresa» acabe magullada o malparada, incluso en el peor de los casos, puede que no llegue a casa… pero el detalle, el cariño y la ilusión del momento, no nos la quita nadie, y el que diga lo contrario, miente.
Pasa algo parecido, con los Festivales de Navidad o fin de curso del colegio. Todos nos hacemos «los duros» pero al fin y al cabo se nos cae la baba con las sencillas actuaciones de nuestros retoños.
Volviendo al tema del día del Padre, hay quien dice que tal día lo inventó el Corte Inglés para vender más. Personalmente pienso que no le falta razón, pero también opino que para demostrar cariño y amor a alguien no hace falta acudir a joyas o a regalos ostentosos. Más aún, está en nuestros genes como dice el maestro Enrique Tomás: el agradecer las cosas con JAMÓN. Continuamente de múltiples y diversas maneras regalamos jamón: para felicitar una fecha, como cesta o regalo de navidad, como agradecimiento al buen trato recibido, como aporte a la comida familiar o a la reunión de amigos… y creedme que acertaréis de pleno en cada uno de los casos.
Un poquito de cariño… acompañado de jamón, es la combinación perfecta para regalar en cualquier ocasión, y sin haberlo pensado me ha salido un pareado… jejeje 😉
Siento no poder llegar a ese público infantil que seguro serían mis mejores aliados y clientes, os animo a recuperar la sencillez y la naturalidad de los niños, y como no, a invitarlos a la hora de regalar cariño y amistad, con ese pequeño toque adulto de pasión y calidad.
Degustando la vida, …¡Feliz día del Padre!
Alfredo Ortega